APRENDIENDO A GESTIONAR
LA INCERTIDUMBRE
El pasado 6
de febrero se examinaron los aspirantes a MIR (Médicos Internos Residentes) de
la actual convocatoria. Este año se ofertan un poco más de seis mil plazas
entre un poco más del doble de aspirantes. Para ello tuvieron que enfrentarse a
un examen que como casi siempre ha sido
calificado de “raro” y “difícil”. (Desde
aquí mi homenaje y reconocimiento a todos los que a través de un duro
entrenamiento han llegado a la meta sin desfallecer). Cinco largas horas y
doscientas treinta y cinco preguntas de respuesta múltiple, en un momento
decisivo de la vida dan mucho espacio para que afloren todo tipo de emociones :
desde la alegría por esa pregunta acertada con seguridad hasta la tristeza ante
la ignorancia frente a otra, pasando por la desesperación que produce la duda
en la mayoría de ellas.
Y traigo a
colación esto porque inevitablemente, durante los años de formación como
especialistas, estos nuevos aspirantes van a tener que someterse a un largo
proceso de maduración personal y profesional donde la incertidumbre y la duda
van a ser los únicos compañeros inseparables en el ejercicio cotidiano. Mi
experiencia personal, acumulada desde hace bastante tiempo, me ha hecho
comprender que madurar y crecer, en todos los aspectos de la vida es asumir la
incertidumbre, convivir con la duda, optar por lo menos malo, negociar sin
tregua…
Desde esta
perspectiva tiene sentido la tan vilipendiada pregunta de este año sobre Juan y
Sofía. Para quien no la conozca la resumo: Sofía, una adolescente de 15 años
que sufrió un desmayo de tintes neuróticos, es atendida por Juan, un residente
del primer año, en Urgencias…Tras la mejoría del cuadro, Sofía pregunta a Juan
si puede hacerle una solicitud de amistad en Facebook…¿cuál debe ser la mejor
respuesta de Juan?... (Para los que estén
interesados les copio este enlace http://verne.elpais.com/verne/2016/02/10/articulo/1455102208_248714.html en
donde podrán ver la repercusión de la noticia y que incluso las redes sociales la
han acogido con grandes dosis de choteo carnavalesco…)
Pobre Juan
si sólo ha incorporado en su formación universitaria el tradicional
paternalismo en la relación médico-paciente. Pobre Juan si no ha oído hablar de
los principios básicos de la Bioética: el de no-maleficencia, el de benevolencia,
el de autonomía y el de justicia. Pobre Juan si no sabe de consentimientos
informados, registros de últimas voluntades, limitaciones del esfuerzo
terapéutico…Pobre Juan si sigue creyendo en verdades absolutas y se aferra a su
posición de poder negando cualquier tipo de negociación…
Pero por
otra parte… ¡qué suerte tienes Juan de poder ir incorporando todos esos grandes
temas a tu formación y a tu vida!...
Si
gestionar es esencialmente tomar decisiones en la incertidumbre: ¡Bienvenido
Juan a la gestión, bienvenido Juan a nuestro blog!
Miguel Ángel, eres un referente. Coincido en opinión con casi todas las cosas de las que hablamos. Eso denota que eres mucho más joven de espíritu de lo que marca el calendario o que mi espíritu está un poco más viejo de lo que debiera para mi edad. O probablemente una mezcla de ambas. Un abrazo compañero!!
ResponderEliminarMe ha encantado Miguel Ángel. Contenido y forma, expresión y fondo. Interesante pregunta donde las haya.
ResponderEliminarUn abrazo!