Aprendiendo a gestionar
“Aprender es un rito, una
costumbre no le hace
mal a nadie ni se olvida
aprende quien asciende hasta la cresta pero también quien busca entre las ruinas”
aprende quien asciende hasta la cresta pero también quien busca entre las ruinas”
Mario Benedetti
Imagino que
todos habremos tenido una primera oportunidad para gestionar en diferentes
contextos a nivel laboral. Mi experiencia personal fue de lo más ardua y al
mismo tiempo enriquecedora. Ella tuvo lugar de la mano de la ONG “médicos del
mundo” en el ámbito de la cooperación internacional en Haití, para hacer frente
a la epidemia de cólera.
El país en 2010 sufrió
un terremoto que devastó gran parte del territorio, el cual ya se encontraba en
una dura situación. Miles de personas murieron y más de un millón perdieron sus hogares y
bienes personales. Este periodo marco el país, llevándolo a la cúspide del más
pobre de todo América latina. Como si no fuera poco, nueve meses después se
desató una epidemia de cólera en toda la nación, la cual incrementó su magnitud
debido a las condiciones de hacinamiento en el que se encontraban las personas
en los campos de desplazados debido al terremoto, la falta de agua potable y
medidas higiénicas básicas y los hábitos y creencias socioculturales. Fue en este marco donde empecé a aprender y a
conocer que era eso de la gestión y las dificultades que conllevaba la puesta
en marcha.
Yo ya había hecho mis
pinitos en lo que a cooperación se refiere, en Perú y México. Así mismo ya había
trabajado varios años como enfermera en hospitales y centros de atención
primaria entre otros. Durante mi corta vida he intentado formarme enfocando mis
estudios en el mundo de la cooperación internacional en formaciones como; gestión
de proyectos, género, experto en cooperación para el desarrollo…. para de esta
forma poder ser una mejor profesional en cuanto a mi elección se refiere. Pero
todas estas materias y herramientas que me ofrecieron un marco teórico bastante
enriquecedor e inclusive mis primeras experiencias, no supieron darme las
habilidades y/o cualidades que necesitaba para poder hacer frente a la
situación en la que me encontré.
Mi aterrizaje fue
sensacional, intrigante y lleno de nuevos retos para los cuales no creía estar
preparada y que poco a poco fui llevando a cabo.
En cuestión de minutos
me asignaron responsable de la gestión de los recursos humanos (higienistas,
enfermeros/a y médicos) de los centros de tratamiento de cólera, de la farmacia
y de organizar el plan de formación. En ese momento me dije a mi misma y bajo
un marco un poco estresante, que por donde empezaba, que no tenía recursos ni
experiencia para abarcar tantas cosas. Los medicamentos, las listas de pedido,
de control, los temarios de las formaciones, no fueron nada en comparación al
reto que fue coordinar, entender y trabajar por y para las personas que componían
mi equipo.
Poco a poco, con muchas
ganas de aprender trabajando, con mucha humildad por mi falta de experiencia,
pocas horas de sueño y sobretodo con mucho sentido común y empatía, fui
avanzando en esto a lo que llamamos gestión. Qué es si no gestionar, que hacer
lo necesario para conseguir o resolver algo?. Pues eso fue justo lo que hice, compartí
mi trabajo con mis camaradas, me apoye en ellos y aprendí de su experiencia, de
las teorías de las formaciones recibidas con anterioridad, de los errores
cometidos y sobre todo de aquellos
largos y fructíferos días que pasamos juntos. Aprendí la importancia de
escuchar, a dar ejemplo, y de no olvidar bajo ningún concepto, que la gestión
es una cadena en la que cada individuo es un eslabón substancial.
Terminare citando a mi compañero
cuyo artículo me conmovió.
“No hay peor cosa que la “cosificación” de las personas, el no tener en cuenta que los seres
humanos son fines en si mismo y nunca medios para otros”
Gracias Amparo por este conmovedor relato de puesta en práctica de la gestión en medio de una crisis sanitaria de considerables dimensiones. Estoy contigo en que el factor humano nunca falla: compartir, escuchar, dar ejemplo...elementos esenciales del liderazgo y de la buena gestión. Y , por supuesto, lo más enriquecedor de estas experiencias.
ResponderEliminarSaludos.
Felicidades Amparo por esta entrada, tan llena de importantes mensajes. Sentido común y empatía que, en gestión forman, sin duda, un poderoso cóctel. Espero que las personas que están al frente de proyectos en situaciones de emergencia, logren mantener de cerca ese elemento humano, tan importante.
ResponderEliminarUn saludo!